3 de marzo de 2010

llorones y malcriados

que miedito me da la sociedad de llorones y niños malcriados que estamos creando... no me digas que no te da que pensar que siempre tengamos en la dichosa boca la palabra derechos, pero que casi siempre se nos olvide mencionar nuestras obligaciones...
y para mi que parte de la culpa de esta sociedad de llorones y malcriados la tienen las asociaciones de derechos del consumidor... eso y un poco el corte inglés con esa gilipollez de que el cliente siempre tiene la razón... no siempre... te lo digo yo que trabajo de cara al público y por desgracia veo varias veces al día como el cliente se equivoca, o lo que es peor... intenta que te equivoques tú.

y vamos a los derechos y a lo que parece una palabra mágica... el libro de reclamaciones... como si con su sola mención te fuera a entrar miedo (parece ser que es un moderno que viene el coco) y le fueras a dar al cliente lo que quisiera... hay que joderse...
porque lo que no te dicen en la tele es que las reclamaciones no deberían ser rabietas de los clientes... que tienen que estar justificadas...
y doy una idea: algún tipo de indenización para el comercio cuando alguien reclame y no tenga razón... no pido mucho... poquito en los tiempos que corren... yo creo que el cliente que reclame en vano al menos tendría que ser obligado a volver al establecimiento a pedir perdón... no? porque en el caso de que el cliente tenga razón (de momento en nuestro caso concreto, creo que en lo que llevamos abiertos al público, ninguna de las reclamaciones procedía, y así lo han hecho constar los organismos que tenían que hacerlo constar) nosotros deberemos pagarle lo que pide o devolverle el dinero o vete tú a saber que... pero si resulta que solo fue una rabieta sin sentido, y que lo que pedía el demandante no daba lugar... pues no pasa nada... cada uno a casa... si te soy sincera me parece poco justo.

quizás es eso... que nos venden que tenemos tantos derechos en esta sociedad del bienestar que nos sentimos ofendidos si se nos lleva la contraria...

yo cada día descubro que la gente solo oye lo que quiere oir... y que tú puedes dar la misma explicación quince veces, que si el cliente quiere oir otra cosa, seguirá sin entenderte... una sociedad de llorones, que se niega a entender... complicado lo tenemos...

es simplemente una cuestión de lógica... pero la lógica parece haber desaparecido en los tiempos que corren y lo que oímos por televisión parece que sean poco menos que verdades absolutas...

puede que un día te cuente cuantas veces al día explico lo que significa garantía al teléfono... porque dicen en la tele que la garantía dura dos años... y parece que esa garantía cubre todo lo que le pueda pasar a lo comprado... pero no... lo que en la tele se olvidan de decir, lo que el señor de la asociación de consumidores no te cuenta, es que la garantía, en general, lo que cubre son los defectos de fábrica... que lo que tú hagas con las cosas... eso no lo cubre la garantia (pero mas de uno y mas de dos, seguro que después de un año de uso, si se les cae el móvil al agua pretenderán que la garantía cubra su torpeza.) y como te digo aquí la lógica no ha lugar... para que... ellos solo quieren que como eran pequeños y se les rompía el juguete, su mamá o su papá (o en este caso el señor que les vendió lo que sea que compraron y que estropearon haciendo un mal uso) les de otro que lo sustituya, para no tener que aprender que nuestros actos suelen tener consecuencias...

así que hablemos de derechos... del derecho que tiene el que compra de que le atiendan bien... de la sonrisa y el mejor precio... pero ya que no queremos hablar de obligaciones (esas nunca nos gustan tanto como los derechos, esas no son tan populares) recordemos que los mismos derechos que tienes tú los tengo yo... y que si me exiges respeto primero dámelo... no?

(todo esto surge porque un gilipollas ayer hizo que mi madre, que es un sol y la mujer mas dulce y educada que he conocido en mi vida, todo un ejemplo de saber estar, y de saber tratar con gilipollas todos los días de la semana, perdiera la paciencia y acabara con el azucar alta y con un disgusto que no se merecía... así que si vais a comprar, y hace meses que no follais, o el jefe os ha jodido, o vuestro equipo perdió el partido este fin de semana, no lo pagueis con quien no toca, ni hableis de derechos sin recordar los deberes que todos tenemos... que cada día me da mas penita esta sociedad de llorones y malcriados que estamos fomentando...)
(y me sigo preguntando dónde coño está el libro de reclamaciones en el que reclamar que nos han reclamado sin razón... para que todo no sea tan fácil y estas cosas, de vez en cuando tengan alguna consecuencia.)
vamos, digo yo...

3 comentarios:

  1. tienes más razón que un santo!
    los que trabajamos cara al público lo sabemos perfectamente... porque cada cierto tiempo nos toca tratar con un gilipollas... ellos son los que nos deberían indemnizar, por aguantarlos!
    hay gente que no da más de sí, no se le pueden pedir peras al olmo... pero en la mayoría de los casos es una cuestión de educación. o mejor dicho, de falta de educación...
    el cliente no siempre tiene la razón... pero te las tienes que tragar dobladas hasta cuando te tocan las narices... yo no me he peleado con más de uno porque estoy donde estoy, y no me puedo permitir ciertas cosas, pero créeme que ganas no me han faltado alguna vez...
    tu madre es un sol y educadísima, doy fe... no hay derecho...
    yo también me pregunto donde coño está ese libro de reclamaciones...
    un abrazo, cielo!

    ResponderEliminar
  2. Me encanta cuando te enfadas y dices tacos. Nada que añadir a todo cuánto dices porque tienes más razón que una santa. Espero que te haya pasado el cabreo y que tu madre esté mejor.
    Un beso, tesoret.

    ResponderEliminar
  3. Me ha encantado leerte y veo que te has desahogado a gusto y muy bien por cierto. Me gustaría ver publicado este post o que nos lo fueramos pasando por e-mail para que lo lea mucha gente porque muchos somos victimas de este tipico "emmerdeur" como dicen en Francia. Puede que si lo lee alguno de ellos, se reconozca y aprenda un poco, o no. Más bien no. Me parece que no tienen remedio. Besos a tu madre y que no se sofoque. Los parasitos no se lo merecen.

    ResponderEliminar