y si te paras a pensar, qué mas da lo que no llegó a pasar? es curioso como a veces nos condiciona lo que pudo ser casi tanto como lo que fue...
es inevitable caer en ese juego peligroso de preguntarnos que habría pasado si... si hubiesemos perdido un tren, o si hubiesemos dicho lo que por orgullo callamos, si hubiesemos llegado diez minutos después, o diez minutos antes a alguno de nuestros dramas personales... los besos que no dimos, los tequieros que no dijimos... o los que no quisimos escuchar... las cosas que no quisimos probar... las que no provocamos, o las que provocamos y salieron mal...
pero quién te dice que no hubiesemos acabado en la misma casilla en la que estamos? casualidad o destino, una de esas obsesiones que te crees que inventando historias podrás desentrañar... que equivocada estás... siempre habrán argumentos para darte la razón, solo es una cuestión semántica, jugar (como siempre) con las palabras para que signifiquen lo que quieres que signifiquen... porque al final de la partida resulta que da igual... si es destino o casualidad... eso no cambiará las cosas... ni el final.
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es inevitable pensar lo que sería de nosotros si hubieramos tomado otros caminos, pero no sirve de nada. eso no nos garantiza que nuestra vida sería mejor... las decisiones y el azar nos han llevado a donde estamos, es mejor no volver la vista atrás. y no lamentar lo que hicimos ni lo que dejamos de hacer... seguir actuando conforme a nuestra conciencia, y tratar de ser felices.
ResponderEliminarpuede que tengas razón, e independientemente del camino que tomemos llegaremos al mismo destino. puede que todo sea fruto de un cúmulo de casualidades, sin más... creo que el único de sentido de darle vueltas a esos tequieros no dichos, besos no dados y cosas que provocamos preferimos no provocar es aprender de la experiencia. pero no hay que arrepentirse de nada... si hicimos lo que hicimos, seguramente teníamos buenas razones para hacerlo...
muchos besos guapísima!